martes, 5 de marzo de 2013

"EL BOMBER" FUE RECORDADO EN LA MISA DE LA ESCALERA

UNA VIDA LIGADA AL ENCIERRO





San Fermín lleva anudados en su pañuelo a algunos de los hombres más extraordinarios que hayan existido. Esta semana murió uno de ellos: se llamaba Keith Baumchen. Todos lo conocían por su apodo, El Bomber. Nació en un rancho de Iowa, Estados Unidos, hace 65 años y desde hace 40, dejaba el rastro de su cometa en el tramo de Telefónica. Miembro de la gloriosa guardia de los ‘guiris’ más castas del encierro, llegó a Pamplona con 20 años y se quedó atrapado en ese espacio infinito de infinitas dimensiones que son las fiestas de San Fermín.


EN LA HORNACINA DE SANTO DOMINGO


 
Se le podía ver en la Cuesta de Santo Domingo, tieso como un poste en la acera, mirando al Santo en vaya usted a saber qué tratos. Luego corría con enormes facultades aunque casi a ciegas, ya que perdió gran parte de la vista en un accidente en las nieves del Himalaya. De ahí que en la cara de la manada quedaran como un fogonazo de la memoria colectiva de Pamplona su par de gafas RayBam lanzadas hacia la oscuridad abismal del callejón.


TRAS UN ENCIERRO LE COMUNICARON LA MUERTE DE SU ESPOSA KAREN GOLDIE




El Bomber fue muchas cosas: militar, deportista, pacifista, viajero, montañero, amigo de miles, diplomático extraoficial de los Estados Unidos y marido de Karen ‘Goldie’, su adorable mujer de la que, curiosamente, conoció su muerte después de un encierro en Julio de 2008.


 TAMNIÉN ERA UN FINO MONTAÑERO



Sobre todo, el Bomber fue el portador de una personalidad expansiva como una explosión nuclear de humanidad y un embajador único de San Fermín. Llevó la bandera de la fiesta, del santo y de la carrera loca del hombre y el toro por las cárceles de Irán, las laderas secas de Mongolia, los picos nevados de su pueblo Garmisch, las savanas de África, las húmedas selvas de América Latina y hasta al despacho del Dalai Lama, al que podía contar entre sus amigos.

ASIDUO DE LA CALLE ESTAFETA




Más allá de los cuatro horizontes que crucifican el mundo, al Bomber se le llenó la boca con la Estafeta, el miedo, la celebración de la vida, el heroísmo humilde y anónimo del corredor, con la fraternidad maravillosa a la que pertenecía por derecho propio y de la que nunca excluyó a nadie.

40 AÑOS VINIENDO A PAMPLONA




No faltó nunca a su cita, hasta ahora, cuarenta años después, cuando los que tuvimos el gusto de conocerte, notamos un siete en el pañuelo y tenemos que mirar atrás para ver quién fue 'El Bomber'… Un hombre que quiso a todos y nunca temió a nada.


LOS AMIGOS DEL ENCIERRO NO LE OLVIDAN




Podríamos seguir horas narrando tus hazañas, pero tenemos que terminar. Los amigos del Encierro deseamos que en tu cielo sea siempre siete de julio y que bailen los gigantes a tu paso y que suene una jota que no te haga llorar. Ojalá siempre tengas sitio en la cara de los toros y que Dios te llene los ojos de faenas memorables. Ojalá que camines de nuevo de la mano de Goldie y para vosotros siempre falte menos. Que no te falten los abrazos ni la paz.

Que San Fermín te guíe y te guarde en tu último y grandioso viaje. Te echaremos de menos, compañero. Allá donde estés, gracias. GOD BLESS YOU. QUE DIOS TE BENDIGA



ESTE PRECIOSO TEXTO FUE LEÍDO POR EL MAGNÍFICO CORREDOR DE ENCIERRO TEO LÁZARO ARMENDÁRIZ, HASTA HACE POCO TAMBIÉN COMENTARISTA DE TOROS EN CANAL 4 TELEVISIÓN, MUY ERUDITO EN FRENTE DE LAS CÁMARAS Y MUY VALIENTE ANTE LA CARA DEL TORO.







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